Ayer me preparé una paella valenciana que no
se la saltaba un gitano: de la “Alquería de La Parreta”, conforme a la receta
de D. Juan Viñals, un buen amigo del facebook. Con su bajoca, su garrofó, su
tabella, su pollito, su conejo, “tumaca” aceite de oliva virgen extra, “pimentó
roig”, sal, una infusión de romero y, naturalmente, su arroz bomba.
Aunque la paella es fácil de digerir, estaba
exquisita, había hambre y creo que me puse un poco morado, así que, por la
tarde andaba un poco pesado y me apetecía preparar un plato ligero y fresco
para cenar.
Realmente, tenía en la cabeza un pulpito a la gallega acompañado de
una cervecita fría. Pero intentar hacer un pulpo a la gallega en la zona de
Levante es poco menos que imposible. Más que nada, porque los pulpos
valencianos son como las merluzas valencianas: de una calidad inferior a la que
cualquier paladar más o menos delicado puede desear.
Yo recuerdo que, cuando era un muchacho,
pescaba unos pulpos magníficos en el malecón de Cullera; de hecho, en más de
una ocasión estuvo más cerca de pescarme el pulpo a mí que yo a él. Pero los
tiempos han cambiado, y en cualquier caso, como el pulpo gallego, no lo hay en
ningún confín de la tierra.
Sin embargo, la salsita gallega da mucho de
sí: el pimentón, la sal marina y el aceite, le confieren a cualquier plato de
marisco un toque especial y, ¿por qué no a una ensalada? Así que miré lo que
había por la nevera y descubrí que tenía algunos ingredientes que, bien
combinados, podían resultar algo fantástico y me puse manos a la obra…
1 patata grande
1 manojo de
espárragos trigueros
50 gr de
Guisantes
200 gr de atún
fresco del Mediterráneo
8 gambas rojas de
Cullera
1 huevo
Pimentón picante
de La Vera
Sal maldon
Aceite de oliva
virgen extra.
Empecé por cocer
la patata entera junto con el huevo durante unos diez minutos. Añadí las gambas
durante menos de un minuto y las retiré junto al huevo, dejando que la patata
continuara su cocción durante unos o diez minutos más, hasta que quedó tiernita.
Por otra parte,
cocí los espárragos durante veinte minutos, y le añadí los guisantes y el atún,
unos cinco minutos antes de apagar el fuego.
Para montar el
plato pelé el huevo y lo corté en cuartos, así como los cuerpos de las gambas y
la patata, que en vez de en cuartos, cayó en cubos. Los espárragos los corté en
taquitos, los guisantes fueron enteros y el atún desmigado. Mezclé todo y
espolvoreé el pimentón y la sal, y para terminar, lo cubrí todo con un buen chorrito
de aceite de oliva virgen extra.
Benditas
vacaciones, que nos permiten estos pequeños lujos.
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