sábado, 29 de abril de 2017

PULPO CON HABAS TIERNAS Y BACON



Hace unos días, me ocurrió algo más propio de un guion de cine que de la vida cotidiana. Al abrir el correo, como cada mañana, me encontré un mensaje de un compañero del colegio del que hacía más de cuarenta años que no sabía nada. Jorge, que así se llama, me comunicaba en él, que estaban pensando reunirnos a todos los excompañeros para organizar una cena en la que reencontrarnos.

Jorge, era uno de mis mejores amigos, pero no el único, porque haciendo recuento memorístico, me salieron unos cuantos más. Él me pidió permiso para incorporarme en un grupo de WhatsApp y, por supuesto, se lo di. Lo cierto es que yo nunca he formado parte de ningún grupo, y el ver tantísimos mensajes juntos, me abrumaba, pero a la vez, me encantaba. Y aún me encanta leerlos todos, porque son de compañeros de Ingreso y Bachillerato y me han trasladado a un período magnífico de mi vida.

El promotor ha sido Vicente y, con la colaboración de unos cuantos compañeros, nos ha conseguido reunir a un verdadero montón de amigos. Algunos no los recordaba, a otros ni siquiera los conozco, porque yo dejé el colegio al terminar 5º y se fueron incorporando en cursos posteriores, como por ejemplo todas las chicas, pero la gran mayoría forman parte de mi vida.

Algunos os preguntaréis a qué viene este recuerdo de la tierna infancia en este blog de cocina y psicología. Pues bien, viene a que, entre recuerdo y recuerdo, vamos contando también cómo nos va en la actualidad y yo, como era de esperar, hablé de mi afición a la cocina y de mi blog. Vicente colgó en ese momento dos videos de poco más de quince segundos con recetas que se me antojaron celestiales y mira tú por dónde, tenía en casa todos los ingredientes, así que me puse manos a la obra entre otras cosas porque, me da la impresión de que Vicente no es un mero aficionado.

Los ingredientes y la ejecución de la receta vienen en el propio video, así que os dejo con él. Yo me limité a enriquecerlo con una guindilla más que nada porque me parecía que no vendría mal y, a juzgar por su comentario, me parece que acerté.



viernes, 21 de abril de 2017

PICANTÓN ASADO

Cuando uno anda poco creativo, busca soluciones rápidas a los problemas concretos sin pararse a pensar demasiado en ningún método específico de los que damos los psicólogos. Eso sí, si uno anda sobrado de tiempo y no tiene problemas para pasar un buen rato esperando a que el horno acabe de cocinar, el problema se resuelve solo.

Pasando por delante de la pollería, vi un picantón y me enamoré de él. No tenía nada claro cómo lo podría cocinar, así que me di una vuelta por Internet y descubrí que una de las recetas más reiterativas era hacerlo asado en el horno. Con patatas, con cebolla, con ajitos, con romero, con limón… Como quiera que había en casa todos esos ingredientes y a sabiendas de que todos ellos combinan muy bien, pues decidí utilizarlos todos juntos.

1 picantón por persona
2 patatas
2 dientes de ajo
1 limón
1 ramita de romero
Sal
Pimienta
Aceite de oliva virgen extra.

Lo primero que hice fue limpiar el picantón y frotarlo con el zumo de medio limón. Acto seguido le introduje por el culo todos los demás ingredientes, incluido el medio limón sobrante. Así que salvo la patata y la cebolla fue todo para dentro. Lo volví a meter en la nevera y lo dejé hasta esta mañana.

Hoy tocaba cocinarlo, así que he puesto un chorrito de aceite en una bandejita de horno pintando todo el fondo. Encima he puesto las patatas peladas y cortadas en láminas finas. A continuación, he puesto el picantón encima con sal, pimienta y otro chorrito de limón y aceite de oliva.



Mientras pelaba y cortaba las patatas, he enchufado el horno a 200 grados y he esperado a que tomara la temperatura y he metido la bandeja. Unos 35 minutos después, la piel del pollito estaba crujiente y la carne asadita.

martes, 18 de abril de 2017

CONEJO ENCEBOLLADO CON PATATAS CHIPS


El pasado sábado hice una paellita de la que dimos buena cuenta Duna y yo. Sobró más de medio conejo y fue a parar al congelador. Ayer revisé los congelados y hay que ir dándoles salida, porque el domingo nos volvemos a Madrid y la nevera ha de quedar vacía, así que saqué el conejo Y pensé cómo podría hacerlo. La respuesta me la dio la propia nevera y, por aquello de la cocina de aprovechamiento, fui sacando algunos productos.



½ conejo de corral

1 cebolla

2 cucharadas de tomate

1 ramito de romero

1 guindilla

1 vasito de vino tinto

1 cucharada de harina

Pimentón de La Vera picante y dulce

Aceite de oliva virgen extra

Sal

Un puñado de patatas chips para acompañar



En primer lugar, enhariné los trozos de carne extrayendo todo el sobrante y los sellé en un perol con una pizca de aceite. Los retiré y reservé.



Pelé y piqué la cebolla bien fina y la freí con un poco más de aceite y una pizca de sal, y a fuego lentito para que se pochara bien. Cuando estaba blandita añadí una cucharadita de pimentón de la vera y una vez cocinado añadí las dos cucharadas de tomate, la guindilla y la ramita de romero.



Una vez que el tomate quedó frito y reducido, añadí el vasito de vino y subí el fuego un poco para que eliminar el alcohol. Puse los trozos de carne y un vaso de agua para cubrir el conejo y volví a bajar el fuego al mínimo. 40 minutos después ya estaba hecho.




El resultado fue este plato tan delicioso