El viernes pasado, apareció María Jesús,
la contable del hotel, con algunos productos del huerto de su padre. En la
bolsa había tomates, una berenjena y unos pimientos verdes italianos. Yo me
serví tres tomates, dos pimientos y la berenjena, pensando convertir todo eso
en algo rico y aunque eché en falta un calabacín. En seguida se me vino a la
cabeza elaborar un pisto.
En realidad, elaborar un pisto
tiene muy poca ciencia puesto que la única dificultad radica en darle a cada
producto su tiempo de cocción ya que no es lo mismo el ajo, la cebolla y el
pimiento, que la berenjena y el calabacín y, por último, el tomate.
Bajé al mercado y compré un
calabacín pequeño para no echarlo en falta así que, por nombrar el listado de
ingredientes, lo cito a continuación:
1 calabacín
1 berenjena (como era muy grande utilicé solamente media)
1 cebolla
3 dientes de3
ajo
1 tomate
rallado
1 huevo (a ser
posible de corral)
AOVE
Sal
Lo primero es
picar todo en cubitos medianos menos el ajo, que los puse enteros y el tomate
que lo rallé. La berenjena y el calabacín no es preciso pelarlos.
Ponemos en
una sartén un chorrito de AOVE y echamos los ajos y la cebolla, y lo dejamos
que se vaya haciendo a fuego lento hasta que se queden trasparentes. A
continuación, añadimos la berenjena y el calabacín y dejamos que se vayan
haciendo, también a fuego suave. Por último, el tomate rallado y dejamos que se
cocine poco a poco, porque esta es una de esas recetas que conviene hacer
chopchopeando.
Una vez que
veamos que está todo cocinado y blandito, apagamos el fuego y reservamos. Esto
se puede hacer la tarde anterior para que coja cuerpo mientras reposa, porque
está mucho más rico de un día para otro.
A mí me gusta
acompañar el pisto con huevo y lo más socorrido es añadir al guiso un huevo
frito. Hay a quien le gusta con huevo duro, pero con el huevo Mollet, queda
mucho más rico. Para hacerlo, sacamos el huevo de la nevera hasta que coja la
temperatura ambiente, o lo sacamos directamente del cartón, de esta manera
evitamos que el con el cambio brusco de temperatura se rompa. Ponemos agua a
cocer y cuando empieza la ebullición depositamos el huevo con una cuchara para
evitar deteriorarlo y lo dejamos cociendo exactamente cinco minutos de reloj.
Cuando pase el tiempo indicado, lo ponemos en un colador y lo dejamos debajo
del grifo de agua fría para cortar la cocción y que nos quede así con la
textura deseada.
Servimos el pisto en un plato y colocamos encima el huevo que, al partirlo, se extenderá por todo el guiso.
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