Dependiendo del grado de
aburrimiento o del tiempo que tengamos, esta receta se puede hacer de varias
maneras. Como quiera que ahora disfruto de mis vacaciones, yo he elegido la más
entretenida, pero en lo sucesivo veremos cómo se puede simplificar su
elaboración.
Como ya he comentado en
más de una ocasión, ahora disfruto no solo de tiempo, sino de una placida soledad, lo cual, como también
he dicho en otras ocasiones, suele dificultar la tarea de la compra. Sin
embargo, si somos un poco organizados, podemos dar salida a las barbaridades de
comida que te hacen comprar a lo tonto.
Se me ha antojado cocinar
unos muslos de pollo rellenos de verduras, jamón y queso y al bajar al super,
he visto que los vendían en bandejas de dos. No era mucho, si tenemos en cuenta
que mañana podemos hacer una paellita y que esta, no tiene nada que ver con los
muslitos rellenos de hoy. Y aquí ha venido la primera duda, porque los vendían
ya deshuesados. Si hay tiempo por delante y la posibilidad de convertir la otra
pieza en una paella, pues lo lógico es comprarlo con hueso y deshuesarlos en
casa, pero si no, la otra opción es mucho más interesante por el tiempo de
ahorro que supone.
Deshuesar unos muslos y
contramuslos puede parecer un horror, pero es relativamente sencillo, solo hay
que cortar la carne a ras de los huesos y tener en cuenta que hay solamente
dos, aunque en realidad sean tres, pero es que el peroné de los pollos es ese
huesito que uno se suele llevar entre los dientes cuando hace pollo asado.
½ cebolla
¼ de pimiento rojo
¼ de pimiento verde
¼ de pimiento amarillo
1 Boletus edulis (los
venden embotados muy ricos)
1 loncha de cecina de
Astorga (puede ser de jamón)
1 patata
Unas lonchas de tomate
1 vaso de mistela (puede
ser vino de Jerez)
Queso curado al romero de
oveja
Sal
Pimienta negra recién
molida
Aceite de oliva virgen
extra
Y opcionalmente, una o
dos lonchas de bacon.
En primer lugar,
picaremos las verduras muy finas y las pondremos en una sartén con un par de
cucharadas de aceite de oliva virgen y una pizca de sal. Cuando veamos que la
cebolla está transparente, añadimos el boleto y dejamos que quede todo
blandito. Al sacarlo todo de la sartén, escurrimos todo el aceite con un
colador y lo dejamos que se enfríe.
Encontrar ceps es esta época es de todo punto imposible, pero los venden secos o embotados y tienen una gran calidad.
Aquí tenemos la segunda
posibilidad de ahorro de tiempo, pero el resultado final varía bastante. La
forma más rápida es cubrirlo con film y convertirlo en un caramelo para ponerlo
en agua hirviendo hasta que se haga. La segunda opción es más complicada, pero
queda mucho mejor, que es ponerle una brida para evitar que se escape el
relleno y pierda la forma. Como ya he apuntado, ha sido la manera elegida. Aquí
sería donde entra en juego la opción del bacon, porque si cubrimos con dos
lonchas de bacon los cierres, es más fácil de bridar, pero también le aporta su
gusto y evita que se churrusque la piel, así que nos lo hemos ahorrado.
Regamos el muslo con el
vaso de mistela y lo horneamos durante unos 15 a 20 minutos en posición grill y
aire y ya tenemos nuestro magnífico muslo relleno con piel crujiente.
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