Cuando echo la vista
atrás y trato de recordar cuál es el plato de mi infancia que recuerdo con más
cariño, o por decirlo claro, el que más me gusta aún, tengo mi pequeña lucha
entre unos cuantos. Las albóndigas con patatas eran maravillosas, las lentejas
de Pascuala, que eran unas tristes lentejas, levantaban el ánimo y nunca más
las he vuelto a probar tan ricas, los canelones, la lasaña, el arroz con
acelgas… Pero hay un plato que, de vez en cuando, me tengo que elaborar porque
es, sin lugar a dudas, el más rico de todos: los macarrones con chorizo y
tomate. La verdad es que no tienen ningún misterio y son muy fáciles de hacer,
pero no lo puedo evitar, cuando pienso en ellos me entra mono de la infancia.
Hace unos días se me
antojaron… una vez más, y quise saber si era solo cosa mía, o los niños de hoy
en día también los cuentan entre sus recetas favoritas. Pregunté en el colegio
en el que trabajo acerca de los platos favoritos de mis alumnos y me sorprendí
mucho, porque había niños que me dijeron cosas increíbles. Uno me dijo que los
guisantes con jamón, otro que el cocido, hubo uno más curioso aún que me
comentó que lo más rico para él era el marisco, sin especificar cuál. Hubo
incluso uno que me dijo que su plato favorito eran las judías pintas con
chorizo, y le comprendí enseguida, porque a mí me pasaba igual. Pero al
hablarles de los macarrones con chorizo, todos ellos estaban de acuerdo en que,
si no era el preferido, sí figuraba entre los mejores de su menú.
Se da la circunstancia de
que, cuando venía de viaje hacia Madrid, vi un chorizo de cerdo ibérico picante
en un puesto y me enamoré de él: de su aspecto, de su aroma… Y se vino conmigo.
80 gr de macarrones por
persona
200 gr de chorizo (a ser
posible ibérico y picante)
½ cebolla
½ bote de tomate
triturado
Queso manchego curado
rallado (puede valer parmesano…)
AOVE
Sal y pimienta
Orégano
En primer lugar, vamos a
hacer la salsa, para lo cual picamos la cebolla, la pochamos con una pizca de
sal, añadimos el chorizo cortado en taquitos y cuando veamos que va estando
frito, ponemos el tomate y dejamos que se haga.
Por otra parte, ponemos
los macarrones a cocer en agua con un poco de sal y los dejamos el tiempo que
indique el paquete. En nuestro caso, 6 minutos.
Para el emplatado,
escurrimos los macarrones, los ponemos en el plato, salseamos y culminamos la
obra con una poco de queso rallado, que se va a fundir por el propio calor y
para rematar, espolvoreamos un poco de orégano.
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