Así como las papas arrugadas no admiten la nomenclatura de “arrugás” ni las revolconas “meneás”, estas patatas típicas del sur, más en concreto de Cádiz y Málaga, se llaman aliñás y llamarlas aliñadas les suena algo así como el “bacalado”, que parece muy fino y elegante, pero el pez no lleva d por ninguna parte.
Pero vamos al grano, porque se
trata de una receta sumamente sencilla y de las que prácticamente se hacen
solas.
Patatas
1/2 cebolla
dulce
1 huevo
AOVE
Vinagre de vino
blanco (o de Jerez)
Sal
Pimienta
Un puñadito de
perejil fresco picado.
Lo primero
que haremos será poner agua a cocer en un cazo con las patatas enteras, sin
pelar, y dejarlas que se hagan durante unos 25 minutos dependiendo del tamaño.
Durante la cocción ponemos con cuidado el huevo atemperado y lo dejamos entre
ocho y nueve minutos. Una vez pasado ese tiempo, sacamos el huevo y lo ponemos
a refrescar en agua fría para cortar la cocción.
Sacamos las
patatas y las dejamos que se atemperen para no escaldarnos las manos al
pelarlas, las pelamos y las cortamos en cubitos grandecitos. Pelamos también el
huevo y lo cortamos en 4 partes.
Pelamos y cortamos
la cebolla en juliana fina y ya podemos proceder al aliño.
Ponemos las
patatas en un bol junto con la cebolla, espolvoreamos el perejil, salamos y ponemos
una pizca de pimienta negra recién molida añadimos un chorrito de vinagre y
aceite con generosidad. Para terminar, removemos bien con cuidado para no
romper las patatas y le añadimos el huevo cocido.