Las propiedades de las coles de Bruselas son inacabables. Están repletas de vitaminas, minerales y fibra. Favorecen el sistema inmunitario, así como la salud de la sangre y de los huesos y, por si esto fuera poco, gracias a su poder antioxidante, retrasan el envejecimiento. En cuanto a los contras, solamente hay dos: el primero de ellos es que debido a que también tienen azufre y fibra y eso produce flatulencias (Me remito a la entrada en la que hacía referencia a los flatos y flatulencias. Viernes, 11 de mayo de 2012) y, el otro inconveniente es que las coles de Bruselas, igual que otras coles, pueden producir pasión, como es mi caso, o repugnancia.
La receta de hoy tiene varias
elaboraciones, pero aparte de ser sencillas, llevan poco tiempo:
Una bolsa de
coles de Bruselas ultracongeladas Findus
2 lonchas de
beicon
3 dientes de
ajo
Pimentón de La
Vera dulce y picante al gusto
2 cucharadas de
salsa de tomate
Un puñado de
queso rallado
Sal, pimienta
AOVE
Para la besamel:
1 nuez de
mantequilla
1 cucharada
sopera colmada de harina
1 vaso de
leche.
La razón por la
que he utilizado las coles congeladas es porque en mi tienda de referencia no
había coles frescas de calidad, y el tendero me aconsejó que llevara las Findus
que, además vienen con instrucciones de uso, lo cual facilita las cosas y,
conforme a las mismas, lo primero que debemos hacer es poner 1 litro de agua en
un cazo y esperar a que cueza. En ese momento, añadimos la bolsa de coles,
esperamos que vuelva a hervir y las dejamos cocer durante 8 minutos. Pasado ese
tiempo, las ponemos en un colador grande y esperamos a que escurran bien.
Para la segunda
elaboración, cortamos las lochas de beicon en tiras y los ajos en láminas.
Ponemos una pizca de aceite en una sartén y añadimos primero el beicon y luego
los ajos y esperamos a que quede bien frito. Ponemos el pimentón, removemos y añadimos las
coles removiendo bien o, mejor aún, salteándolas. Cuando veamos que van tomando
color, retiramos la sartén del fuego y reservamos.
La tercera
elaboración es hacer la besamel. Ponemos la nuez de mantequilla en una cazuela,
esperamos a que se derrita y añadimos la harina. Hay que remover bien y dejar
que se cocine antes de añadir la leche. Subimos el fuego y seguimos removiendo
hasta que espese. Retiramos del fuego y reservamos.
La cuarta
elaboración comienza por poner las coles en una cazuela de barro, cubrirlas
ligeramente con la salsa de tomate, naparlas bien con la besamel, cubrimos con
un puñadito de queso rallado y las metemos en el horno. En mi caso he utilizado
el horno de serpentín, por lo que no me ha hecho falta precalentarlo. Cuando
veamos que el queso y la besamel estén gratinados, retiramos y… a comer.
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