Ya sabemos que atiborrarnos de
carne roja no es lo más saludable del mundo, pero yo necesito comerme un
entrecotito de vez en cuando y, cuando lo hago, lo disfruto tanto, que estoy
convencido de que es más saludable para mi estado psicológico, que nocivo para
mi salud. Algo parecido me ocurre con el marisco y si no como marisco más a
menudo, no es por ninguna cuestión de salud, sino más bien de bolsillo.
Parece que hacer un entrecot a la
plancha es muy sencillo y, efectivamente, lo es, pero hay algunas dudas que nos
pueden surgir como, por ejemplo, cuándo salarlo, qué tratamiento darle, cuánto
rato hay que dejarlo en la sartén… fuego suave o fuego fuerte, etc.
Hoy os paso a contar la mejor
forma de hacer un buen entrecot. Para empezar, hay que elegir la pieza de carne
idónea. En mi caso, ayer fui a La Plaza y, buscando entre los artículos
expuestos, descubrí una pieza de lomo bajo de vaca madurada, que pesaba 222 gr.
El tamaño también es importante, así como su presentación. Venía envasado al
vacío, por lo que el primer paso que hay que dar es sacarlo de la nevera y del
vacío al menos una o dos horas antes del cocinado porque la carne fría es imposible
que nos quede crujiente y si mantiene las condiciones del vacío, no vamos a
lograr el punto de sabor adecuado.
El resto de los ingredientes son
muy sencillos: aparte de la carne, vamos a necesitas una gota de AOVE, sal
Maldon y pimienta.
No cabe duda de que si lo hacemos
en una barbacoa nos va a quedar mucho más rico, pero aquí no tenemos, así que
vamos a buscar algún recipiente que pueda ser adecuado. En la parrilla de rayas
podemos obtener un resultado excelente, así que nos hemos decantado por ella.
Otra de las dudas es cuándo salarlo. He oído y leído teorías contrarias, pero como la experiencia es un grado, sé bien que el mejor momento para añadir la sal es una vez que lo saquemos del fuego y lo dejemos reposar. Lo que sí podemos ponerle antes de entrar en la sartén es la pimienta, cosa que naturalmente es opcional, pero a mí me gusta, En cuanto al AOVE, no necesitamos más que frotar el entrecot con unas gotas y con la ayuda de nuestra mano.
Vamos a por otra de las dudas: el
calor. Si nos gusta la carne poco hecha, como es mi caso, hay que esperar a que
alcance una temperatura elevada, es decir, con el fuego a tope y esperar un
ratico, porque si no dejamos que se caliente lo que haremos será cocer la carne
y perder todo su jugo. Si lo queremos más pasado, una vez que esté sellado y
crujiente, podemos dejarlo a fuego lento hasta que lo convirtamos en una suela.
Y ya podemos disfrutar de nuestro
entrecot. Para acompañarlo, nada mejor que unas patatas fritas y un trozo de
pan… Buen provecho.
Por cierto... También me acompañó un buey de mar que estaba vivo y deseando de recorrerse la cocina del que di buena cuenta anoche
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