A lo largo de los años, he
conocido a unos cuantos cocineros y estudiosos de la cocina. Casi todos ellos
no tienen reparo en compartir sus recetas, aunque es cierto que la mayor parte
de los platos que se sirven en los restaurantes digamos que de alta cocina, son
tan complejos que de nada nos sirve que nos lo compartan.
Hay algunos cocineros que, a
pesar de haber obtenido estrellas Michelín y soles Repsol, que son la más alta condecoración
y reconocimiento al trabajo de los restaurantes, no tienen el menor reparo en
compartir sus especialidades y sus secretos como son, por ejemplo: Dani García,
Martín Berasategui, Juan Mari Arzak, Karlos Arguiñano… y tantos otros. Pero
también los hay más reacios.
El año pasado, nos sirvieron una
tarta de queso en el hotel Sicania que estaba deliciosa. Tanto es así que
solicité la receta al chef del hotel y ni siquiera me respondió. Este año he
vuelto al ataque, pero en lugar de pedírsela al chef, se la he pedido a su hijo, que
es el autor de esta. En este caso sí que la pude obtener, aunque me pidió que
no se la diese a nadie.
Al leerla, me pareció recordar
que era la misma que había visto en Internet y me puse a investigar.
Efectivamente comprobé que en el portal “Recetas de rechupete” aparecía la
misma, aunque con alguna diferencia en las cantidades.
Como es natural, me puse manos a
la obra y reuní los ingredientes:
1 tarro grande
de Queso Philadelphia 350gr.
3 huevos
3 briks de nata
para montar 500 ml.
4 cucharadas (de
café) de azúcar.
1 cucharada
sopera de harina 40 gr.
El proceso es
muy fácil: Encendemos el horno y lo precalentamos a 200 grados. Mientras tanto
mezclamos los ingredientes en un bol y lo batimos bien con la varilla (si se
dispone de una varilla acoplable a la batidora, nos ahorramos trabajo y
tiempo).
El tarro grande
de queso pesa 400 gr por lo que debemos reservar un poco para otra ocasión y lo
mismo nos va a ocurrir con la nata ya que cada brik es de 200 ml. Podemos utilizar
dos briks enteros y reservar la mitad del tercero.
Forramos el
molde con papel de horno recortando el fondo a la medida de la base y con el trozo
de papel restante forramos también los laterales (así nos aseguramos de poder
desmoldar sin problema). Vertemos la mezcla en el molde forrado y lo
introducimos en el horno.
Ahora hay que
bajar la temperatura de 200 a 180 y encender arriba, abajo y aire, y dejar que
se haga durante 40 minutos (45 si vemos que aún no está del todo hecha).
Apagamos el horno y la dejamos reposar durante otros 10 minutos. La tarta
estará perfecta si al pincharla con un palillo sale seco.
Así queda
riquísima, aunque podemos acompañarla con un poco de mermelada. En la próxima
tarta voy a poner en la base una mezcla de galletas trituradas mezcladas con
mantequilla, porque me da que va a quedar incluso más rica.
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