domingo, 28 de agosto de 2022

SALSA BRAVA

 Hace ya unos cuantos años y en una taberna del barrio de Argüelles pedí una ración de patatas bravas pues me habían dicho que ahí servían las mejores de Madrid, y al probarlas, di fe de las bondades del producto. Pregunté cómo hacían la salsa y me contestaron que ese era su secreto mejor guardado. Yo seguí indagando y añadí que bueno, que aparte del tomate y la salsa Tabasco algo más llevaba. Entonces, le saqué buena parte del secreto porque su respuesta fue que no llevaba ni tomate ni salsa picante, solo harina y pimentón. Unos días más tarde, probé varias formas de obtener esa salsa brava y di con la solución.

Si nos damos un paseo por internet y buscamos la receta de patatas bravas o directamente de la salsa brava, nos vamos a encontrar con varias opciones. Por un lado, las que llevan salsa de tomate entre sus ingredientes, amén de cebolla y ajo y por otra las que eliminan el tomate, aunque hay un sinfín de maneras de hacerla conforme a Internet por aquello de cada maestrillo tiene su librillo.

Las bondades del picante son innumerables, tanto a nivel psicológico como en el biológico y esta salsa es picante y rica como ella sola.

Mi manera de hacerla es sumamente simple y se acerca muchísimo a la de los mejores bares, naturalmente sin tomate, ni ajos, ni cebolla. Se trata simplemente de una veluté elaborada en unos minutos y vamos a necesitar simplemente caldo, dos cucharadas de pimentón de La vera dulce, una cucharada de pimentón de La Vera picante. Una cucharada de harina y AOVE.

Lo primero que haremos será poner en una sartén un par de cucharadas de AOVE a fuego muy suave. A continuación, añadimos el pimentón y removemos bien con cuidado para que no se queme. Añadimos una cucharada de harina y cocinamos para evitar que quede cruda removiendo. Añadimos el caldo y dejamos que se elabore. La textura debe de ser como de una besamel.

Yo se la he puesto a un poco de tortilla de patata que me sobró de ayer y ahora está más rica.



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