sábado, 10 de diciembre de 2011

LA INVESTIGACIÓN EN LA COCINA: HORMIGAS CULONAS

Hace unos días, regresó de Colombia mi amiga Marlene. Marlene es la esposa de Manolo Morillo, otro enamorado de la cocina como yo, y a quien había encargado que me trajera una bolsita de hormigas culonas porque, si bien es cierto que las probé de puro milagro, no es menos cierto que me enamoré de ellas casi en el acto. Lo de probarlas de puro milagro se debió a que si las veo antes de probarlas, no lo hago ni harto de grifa y, sin embargo, ya veis…

 Se comprende mi reticencia inicial, ¿no? Son bastante feas.

La cuestión es que me apetecía investigar un poco con ellas y captar su capacidad culinaria, porque me resistía a creer que, algo tan exquisito, solamente se pudiera consumir como si fuera un snack para acompañar la cerveza o el vinito.

Desde que nació Internet, resulta muy sencillo averiguar si alguien ha probado a guisar las hormigas de alguna manera diferente y lo único que he descubierto es que William López Flores, Chef del restaurante Baby Ribs de Bucaramanga, un pueblo de Santander en Colombia, y precisamente la cuna de estos insectos, había ganado un prestigioso premio de cocina gracias a una salsa realizada con ellos, como se muestra en este video:  http://www.senalcolombia.tv/component/programas/?view=micrositio&id_capitulo=370 (Una vez en la página, hay que pinchar en la pestaña que dice video paso a paso)

Si se pueden moler y cocinar con mantequilla y vino, entonces es que sí se puede hacer un buen montón de platos con estas hormigas, así que nos pusimos manos a la obra:

La textura de la hormiga en la boca es crujiente y su sabor similar al de algún marisco tostado, con pinceladas a maíz frito, es decir, a kikos. El retrogusto deja unos matices picantes, lo cual le confiere una capacidad especial para mezclarla con pimientos o quesos. Y esta fue nuestra primera prueba. Un trocito de queso con una hormiga, resultó ser un bocado exquisito.


La siguiente prueba fue elaborar un canapé con un rollito de pimiento rojo asado con una hormiga en su interior. En este caso, el sabor era excelente, pero la textura crujiente de la hormiga, se perdió en el otro crujiente, más potente del pan, así que probamos el rollito sin pan, y resultó también exquisito.

 Primero se corta una tirita de pimiento
 En segundo lugar incorporamos la hormiga y enrollamos

Y esto que asoma es nuestra querida amiguita

Las hemos probado así mismo con miel y el resultado ha sido excelente. Y este es solamente el principio, porque ahora que ya sabemos que este producto admite el poder ser cocinado, el siguiente paso va a ser incorporarlas molidas a una salsa chutney, a la que también enriqueceremos con unas hierbas aromáticas como romero o tomillo, pero esto ya será para otra entrada. 

De momento, buen provecho.

4 comentarios:

  1. Muy bien D,Jesus,

    Puede que sea la primera vez que un español intenta crear con este producto.
    Estoy de acuerdo contigo en tus sensaciones al probarlas. El sabor primario está muy cercano al de la cabeza de una gamba muy tostada. El retrogusto picante puede deberse a algún derivado del ácido fórmico de las hormigas.
    De hecho, en la selva venezolana, se fabrica una salsa picante a base de estos bichitos, la cátara.
    Algún cocinero colombiano las ha utilizado, machacadas, para empanar, a modo de frutos secos triturados.

    Sigue investigando y nos lo vas contando.

    Un fuerte abrazo

    Manuel

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  2. Y todo gracias a ti y a Marlenita... Pero tú también prueba a hacer algo distinto con ellas a ver quién saca mejor tajada.

    Besotes para todos

    Jesús

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  3. Bueno.. tengo hormigas en casa.. vamos a ver que nos sale!! ya les contare!!!

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