domingo, 8 de marzo de 2015

BACALAO CONFITADO CON PATATAS A LO POBRE

De vez en cuando, apetece un buen bacalao, en especial, ahora que llega la Semana Santa y el vulgo, dependiendo de la zona geográfica suele tener sus preferencias a la hora de elaborarlo. Así, por ejemplo, en Madrid suele caer en potaje, en Cataluña les suele gustar más con tomate, en Vizcaya, lógicamente a la vizcaína y en Portugal, los muy chulos dicen que tienen más de mil formas de elaborarlo y puede que tengan razón.

De las propiedades del bacalao ya hemos hablado en varias ocasiones, así que hoy vamos a elaborarlo de tal manera que lo que va a imperar es el aspecto psicológico, en especial la paciencia, el control y el bienestar que genera una receta bien hecha.

1 lomo de bacalao por persona
5 dientes de ajo
1 hoja de laurel
Unas bolitas de pimienta negra
1 cebolla
2 patatas medianas
Una o dos guindillas
Perejil picado
Aceite de oliva virgen extra
Sal

En primer lugar ponemos bien de aceite en una sartén, echamos 3 dientes de ajo enteros, la hoja de laurel y las bolitas de pimienta. Ponemos la sartén al fuego mínimo. Si tenemos una placa eléctrica, lo colocaremos en el 2, si es de gas, al mínimo y levantaremos la sartén de vez en cuando para mantener la temperatura a unos 60 a 70 grados. Ponemos el bacalao con la piel hacia arriba y dejamos que se vaya haciendo durante al menos diez minutos sin tocarlo. Cuando veamos que se ha desprendido una buena cantidad de gelatina le damos la vuelta y lo dejamos otros cinco minutos más o menos.

Apagamos el fuego, sacamos el bacalao y el resto de los ingredientes y los reservamos. Colamos el aceite con un colador para que no quede tanto, y la gelatina que haya quedado en el colador la devolvemos a la sartén. Batimos con ayuda del colador hasta conseguir una salsa espesa. Añadimos el perejil picado y removemos para que se entremezcle bien y también lo reservamos.

Pelamos las patatas y la cebolla y las cortamos en rodajas de unos 5 milímetros. Volvemos a poner la sartén a fuego mínimo con el aceite que hemos reservado de hacer el bacalao, echamos la cebolla con una pizca de sal y dejamos que se haga durante unos cinco minutos. Añadimos las patatas, removemos bien y dejamos que se vayan haciendo tapando la sartén. Una vez que veamos que están blanditas las sacamos, colamos el aceite y también lo reservamos todo, tanto las patatas como el aceite

Encendemos el horno y precalentamos a unos 170 grados solamente en la función grill o aire y grill. Metemos las patatas en la parte superior y el bacalao en la de en medio y lo dejamos hasta que veamos que las patatas empiezan a dorarse.

ponemos en un cazo el aceite que nos ha sobrado de freír las patatas y seguimos con el fuego al mínimo. Pelamos los dos ajos que nos quedan, los partimos en finas láminas y las ponemos en el cazo junto con la o las guindillas enteras y dejamos que se vaya haciendo todo despacito. Pasados cinco minutos sacamos las guindillas y dejamos que el ajo siga su marcha hasta quedar tostado. Cuando así sea, los sacamos y los dejamos sobre papel para que absorba el aceite y queden crujientitos.


Servimos el bacalao junto con las patatas, lo napamos con la salsa (que no hemos calentado en el horno) y decoramos con los ajitos crujientes. Tampoco está de más ponerle los otros ajitos y las bolitas de pimienta utilizados para el confitado y, por supuesto, la guindilla.


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