viernes, 25 de diciembre de 2015

FOIE GRASS DE HÍGADITOS DE POLLO

Ayer compré una tarrina de hígados de pollo con idea de elaborar un paté casero que, en cierta medida, semejara al paté de foie que venden en algunos comercios.

Yo era consciente de la dificultad que encierra intentar convertir esos hígados en un paté comestible y, de pronto, sentí miedo de ponerme manos a la obra. Investigué en Google y vi que aparecían un buen montón de recetas, pero no se parecían en nada a lo que mi imaginación me dictaba. Las había con huevos, con cebolla, con paso por baño maría, sin él, pero, en resumen, las fotos que mostraban daban impresión de algo parecido al paté de cerdo y no al maravilloso ungüento que poblaba mi imaginación. Así que, tomando algunas ideas, me dispuse a elaborar lo que había en mi cerebro. La cebolla no aparecía en mi imaginación, pero sí en todas las recetas, así que decidí añadirla.

1 tarrina de hígados de pollo
150 gr. De mantequilla
½ cebolla
25 cl. De nata
Pimienta recién molida
1 cucharada de vodka (puede ser brandy o ron)
1 vasito de vino de Jerez añejo.
1 chorrito de agua oxigenada
Leche
Sal.

En primer lugar, hay que limpiar bien los higaditos y retirar los trozos que puedan contener hiel. Se ponen en un bol y se recubren de leche y un chorrito de agua oxigenada, dejándolos al menos doce horas en la nevera para que queden blanquitos.

Una vez transcurrido ese tiempo, los lavamos bien en un colador grande y procedemos a una limpieza más minuciosa, donde retiraremos todas las venas y tejidos. Ahora no importa que los destrocemos, porque van a ir a la sartén y después al molinillo.

Picamos la media cebolla y la pochamos con un trozo de mantequilla derretida y un poco de sal. Cuando esté transparente, subimos el fuego y añadimos los higaditos durante un par de minutos. La idea es sellar, de manera que no los vamos a dejar de mover durante todo el proceso, que durará unos tres o cuatro minutos.

Ponemos en el vaso batidor el contenido de la sartén y le añadimos la nata, el vodka, el vino, el resto de la mantequilla derretida y un poco, pero generoso, de pimienta recién molida. Batimos bien, durante un minuto o más, removemos para que lo que había en la parte superior baje y quede también batido, y de paso aprovechamos para rectificar de sal y o de pimienta, y le damos otro minuto de batidora.

Esto ya va en gustos, pero a mí me apetecía gastar otro poco de mantequilla en recubrir el fondo de la tarrina y se echa el foie. Se deja que se atempere y se introduce en la nevera durante unas cuantas horas.

También es opcional, pero queda más bonito si, una vez que esté más o menos duro, lo recubrimos con otro poco de mantequilla fundida, sin llegar a recubrir del todo, porque le da un aspecto más profesional

El resultado es sorprendente, tanto de pinta como de sabor y se puede utilizar para hacer canapés acompañándolo de mermelada o miel de ciprés, para acompañar carnes o para pastas…



No hay comentarios:

Publicar un comentario