domingo, 21 de febrero de 2016

TORTILLA DE PATATA CRUJIENTE

Desde siempre me he manifestado como un ferviente admirador de los huevos y las patatas, y es que, por muy poco dinero, se pueden elaborar recetas sublimes basadas en estos dos elementos. El hecho de resultar tan económicos, de por sí, ya es una fuente de placer, pero es que, además resultan exquisitos tanto juntos como por separado.

He comprado pasta brick y no tenía muy claro qué hacer con ella, así que me dio por pensar que, si metía patatas fritas con huevos batidos en un par de hojas, podría salir algo interesante…

4 planchas de pasta brick
2 patatas grandes
3 huevos
½ cebolla
1 sobre de jamón serrano cortado en tacos
1 sobre de bacón cortado en tacos
Aceite de oliva virgen extra
Sal

En primer lugar, pelamos y picamos la cebolla y la ponemos en una sartén con aceite a fuego lento, cortamos y pelamos las patatas en trozos finos y las incorporamos también. Es importante que se confiten, para lo cual, el fuego tiene que seguir uy bajo, y removemos de vez en cuando.

En una sartén aparte, freímos los tacos de jamón y el bacón y cuando hayan soltado la grasa, los añadimos a la sartén con las patatas.

Cuando veamos que estén blanditas, las retiramos del fuego y las escurrimos bien con ayuda de un colador grande y reservamos.

En una fuente redonda apta para horno, la cubrimos con papel sulfurizado y colocamos dos planchas de pasta, que podemos unir con un poco de agua. Las metemos en el horno a 150º y las dejamos hasta que empiecen a estar crujientes.

Entre tanto, rompemos los tres huevos, los batimos y le incorporamos las patatas removiendo bien. Depositamos la mezcla sobre las dos planchas de pasta y las cubrimos con las otras dos cerrando bien para que quede sellado. Pintamos con yema de huevo y lo metemos en el horno.


En función de que nos guste más o menos cuajada, pondremos el fuego. Si la queremos muy hecha, dejaremos el fuego bajo durante más tiempo, es decir a 150º durante ocho o diez minutos. Si nos gusta menos hecha, pondremos el grill a 200º y en unos tres minutos, la pasta estará dorada y crujiente, y la tortilla en su punto.

Este es el magnífico aspecto que presenta recién horneada

En nuestro caso la acompañamos de un puré de chiles


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