Como si de una novela de ciencia
ficción se tratara, nuestros niños llevan confinados en sus domicilios desde el
día 10 de marzo, y eso quiere decir, que ya vamos para un mes. Unos días más tarde,
el confinamiento no fue solo para ellos, sino también para sus padres.
Nos encontramos ante un hecho
histórico y sin precedentes, una guerra biológica contra un enemigo invisible,
pero capaz de matar sin piedad. Un enemigo perfectamente adiestrado para
infectar a los niños, sin que estos se enteren ni sufran ningún tipo de
síntoma, pero convertidos en potentes transmisores de una enfermedad, que se
está llevando por delante a miles de adultos y, sobre todo, de ancianos.
No estamos hablando de ninguna
broma, entre otras cosas porque, los niños, necesitan salir a la calle y
reunirse con sus amigos y, en el camino, contagiar a todo aquel que se le ponga
por delante.
Nuestro consejo, como psicólogo y
amante de la cocina, es que dediquemos algunos ratos a cocinar juntos para
conseguir que se mantengan entretenidos y, de paso, aprendan no solo a cocinar,
sino también a comer alimentos que nunca lo habrían hecho, de no ser porque
ellos son los protagonistas de sus recetas.
Es importante que mantengan los
hábitos diarios, es decir, que sigan con sus tareas escolares, con sus horarios
y con la higiene personal, ahora agudizada por el enemigo común que nos acecha.
También es importante que tengan tiempo para aburrirse, porque ese aburrimiento
es la base de la creatividad.
Es muy sencillo dejarlos delante de una Tablet y que jueguen a interminables juegos, pero es mejor apagar esos elementos y que vean sobre las mesas de su habitación cajas de cartón, cartulinas, lápices de colores, juguetes… que son los que van a despertar su creatividad y, cómo no, permitirles que nos ayuden a elaborar muchas recetas.
Es muy sencillo dejarlos delante de una Tablet y que jueguen a interminables juegos, pero es mejor apagar esos elementos y que vean sobre las mesas de su habitación cajas de cartón, cartulinas, lápices de colores, juguetes… que son los que van a despertar su creatividad y, cómo no, permitirles que nos ayuden a elaborar muchas recetas.
Aquí lanzo unas cuantas en las
que ellos pueden ser los protagonistas:
Dado que viene la Semana Santa y
con ella la época de los dulces más suculentos, podemos elaborar todos juntos
la masa de los buñuelos, ya sea de calabaza como de viento y rellenarlos de
crema pastelera. También sugiero el semillero de hierbabuena publicado el 6 de
julio de 2013.
En la elaboración de la tortilla
de patata, paisana, francesa… También pueden colaborar batiendo los huevos y
mezclando los ingredientes.
La elaboración de la masa de las
albóndigas o de las hamburguesas es también un momento interesante. Todo lo que
sea amasar resulta sumamente relajante.
Hacer una fabada, o unas alubias
ya sean blancas, pintas o rojas es también una forma divertida para que los
niños colaboren. Pueden ponerlas a mojo la noche anterior y meterlas en la olla
junto con los sacramentos. El resultado les va a dejar impresionados, lo mismo
que el cocido o el potaje de garbanzos, que lo van a manejar en frío, pero se
lo van a comer calentito.
Elaborar una buena ensaladilla
rusa en equipo también es una delicia. Los adultos pelamos y picamos las patatas,
las zanahorias, la cebolla y los encurtidos, cocemos los huevos con las patatas
y las zanahorias y los niños nos ayudan a pelar los huevos duros, a hacer la
mahonesa y a mezclarlo todo junto a la lata de bonito. Hay una entrada de cóctel
de vieiras con naranja, aún más sencillo e incluso más suculento.
Unos pimientos del piquillo
rellenos con bonito son tan sencillos de hacer como ricos de comer y, por
supuesto elaborados por nuestros chefs.
Qué decir de las croquetas. Es
inimaginable lo que disfrutan los niños elaborándolas, rebozándolas y
dejándolas para que nosotros las vayamos friendo.
Vamos al capítulo de los
pescados. No sé muy bien por qué, pero a los niños les cuesta comerlos salvo que
sean ellos quienes los cocinen. Si le pedimos al pescadero que nos prepare una
lubina, una dorada, un besugo o cualquier otro pescado para hacerlo al horno, nos
lo vamos a encontrar desescamado, eviscerado y prácticamente sin espinas.
Nuestra labor va a ser hacer unas patatas panadera y cuando estén frías,
empieza el trabajo de los niños, colocándolas en una fuente, el pescado encima
y al horno.
La lasaña y los canelones también
son muy entretenidos para los niños, igual que las empanadillas, si les dejamos
el relleno preparado.
Una tareíta muy entretenida es la
elaboración de los boquerones en vinagre publicada el 1 del 6 de 2013 y,
prácticamente pensada para que la hagan ellos solos con nuestra supervisión,
claro está.
Y para terminar esta pequeña
muestra de recetas, las setas de los enanitos les van a ayudar a estar otro
buen rato entretenidos y a comer una ensalada la mar de completa, sobre todo,
si ponemos como base unas hojas de espinaca baby.
Todas las recetas expuestas,
están en este blog y pueden encontrarse en el buscador. Espero que disfrutéis
con vuestros hijos, cocinando.
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