Cuando tengo la suerte de que
Pablo, mi charcutero, acaba de abrir un jamón, no puedo evitar la tentación de
pedirle el tocino que va retirando de la pata. Él me busca los trozos más
blanquitos y me los separa porque ya sabe que los hago hablar. No hay nada más rico que un huevo frito en la
grasa que desprende ese tocino de jamón ibérico de bellota, que es el que
consumo, o un entrecot asado a la plancha sobre una deliciosa loncha de ese
manjar.
Habitualmente, uso solamente la
grasilla, y el trocito de tocino, cuando ya está tostado y crujiente, aunque sé
que debería retirarlo, me encanta comérmelo con un trocito de pan y sentir el sabor
incomparable del jamón ibérico convertido en una pequeña oblea.
El domingo preparé una
ensaladilla rusa y, para su confección, abrí un bote de guisantes y zanahoria, algo
muy socorrido para la ensaladilla, pero me sobró medio bote y decidí utilizarlo
para hacerme una cenita reconfortante, como son unos guisantes a la francesa.
Medio bote de guisantes y zanahoria
1 trocito de cebolla dulce
2 lonchas de tocino de ibérico
1 vasito de caldo de carne
1 vasito de leche
Pimienta negra recién molida
Hierbas provenzales, o en su defecto una mezcla compuesta por orégano,
tomillo y hierbabuena
Sal
AOVE
En primer
lugar, picaremos bien la cebolla y la pondremos a pochar a fuego muy suave con
un chorrito de aove y una pizca de sal. Cuando veamos que empieza a estar
pochada, añadimos las lonchas de tocino cortadas en tiritas medianas. Lo suyo
sería añadir una o dos lonchas de jamón en taquitos, pero me daba la impresión
de que ese tocinillo lo convertiría en algo más suculento.
Cuando veamos
que están traslúcidas tanto la cebolla como las piezas de tocino, añadimos el
caldo de carne y dejamos reducir. A continuación, echamos los guisantes y la
leche y dejamos que se vaya haciendo a fuego muy suave durante unos diez
minutos. Pasados unos cinco minutos, añadimos las hierbas y dejamos que siga la
cocción. Una vez que veamos que la salsa está ligada, retiramos del fuego y
rociamos con la pimienta.
A mí me gusta
que la salsa quede ligada, pero no espesa. Si se quiere espesar un poco más,
basta con añadir una cucharadita de Maizena disuelta en un poco de caldo y ya
está.
Si queremos enriquecer el plato para darle más consistencia, podemos añadir un huevo cocido partido en 4 gajos.
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