Ayer me calentó la cabeza mi
hermano hablándome de las bondades de las freidoras de aire y explicándome las
ofertas tan increíbles que se dan por el mercado, así que me di una vuelta por
Internet y encontré una que, además de buen precio, cubría las necesidades para
una o dos personas, que es para lo que la voy a utilizar. La que cayó fue una
Cecotec con capacidad para 1,5l.
Tenía unas croquetas en mente y
las elaboré para estrenar mi “air fryer” (así se llama el artefacto en cuestión).
Investigué en Internet cómo freírlas y en todas partes coincidían que hay que
rociarlas con un pulverizador de aceite y, sin más, ponerlas en el cesto,
programar la temperatura al máximo y el temporalizador a unos 10 minutos. Así
lo hice y salieron perfectas. Solo freí dos porque eran croquetas, no
croquetitas. El resto de las croquetas las dejé en un táper y las metí en la
nevera para dar cuenta de ellas al día siguiente. A pesar de que hablan de freidora sin aceite, lo cierto es que hay que pulverizar. Está claro que no es lo mismo bañarlas en aceite ardiendo, que la pizca que llevan tras el pulverizado.
Quizá sea importante explicar cómo
hago la masa, porque me gusta que queden muy cremosas, así que paso a hacerlo.
En una sartén ponemos una nuez de mantequilla y dejamos a fuego medio que se
derrita. Añadimos una cucharada sopera y generosa de harina y removemos para
que se fría y no quede con sabor a harina cruda. Añadimos leche previamente
calentada para que no se hagan grumos y removemos sin parar hasta conseguir una
besamel espesita.
Previamente hay que elaborar el
contenido de las croquetas, en el caso que nos ocupa eran de jamón y un huevo cocido,
para lo cual hay que poner agua a cocer y cuando veamos que está en ebullición
introducimos el huevo y dejamos 10 minutos para que cuaje bien la clara y la
yema no quede demasiado hecha. Una vez pelado, troceamos con el cuchillo en
trozos finos. Por otra parte, el jamón me gusta pasarlo por la batidora para
que quede casi molido. Si ponemos un poco de leche va a favorecer que quede cremoso.
Añadimos el huevo al jamón y removemos.
Una vez que tengamos esta pasta
de jamón y huevo se lo echamos a la besamel y removemos para que se incorpore
bien. El punto de cremosidad depende del gusto de cada cual, pero ya he dicho
que a mí me gustan muy cremosas.
Cuando tenemos la masa preparada,
la separamos del fuego, dejamos que se atempere y la metemos en la nevera
durante al menos un par de horas. La mantequilla va a favorecer que al
enfriarse resulte más fácil darles forma sin que se nos deshaga entre las
manos. Las pasamos por huevo batido y por el pan rallado.
Pues bien, como decía, las dos
primeras croquetas, que son las que figuran en la ilustración las freí para
estrenar la freidora recién hechas. El resultado fue un éxito rotundo.
Pero… ¡Ay, amigo! Las del táper habían sudado un poco y ya no estaban tan secas como el día anterior. Si a eso le sumamos que las fui haciendo en tandas de cuatro, pues el resultado no fue tan exitoso, porque no estaban crujientes y el aspecto era más feo.
Como conclusión, está claro que
las croquetas hay que freírlas en el momento de hacerlas
Otro de los productos estrella
son las patatas y ahí sí que hay diversidad de opiniones, aunque, en realidad,
todo el mundo coincide en que quedan mejor cortadas en bastones finos. De
momento, las únicas que he hecho me han quedado sorprendentemente buenas y muy
crujientes. Aunque, eso sí, hay que rociarlas con aceite.
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