Este
es uno de esos platos que levantan pasiones. Se trata de una elaboración
marinera donde las haya y, curiosamente, no solo se hace en el litoral mediterráneo
español, sino también en el italiano donde lo denominan “riso al nero di seppia”.
Yo tenía un par de calamares terciados, así que, en lugar de la sepia, fueron
ellos los protagonistas.
Es
fácil de elaborar y el resultado es auténticamente exquisito. Solo lleva unos
cuantos ingredientes y por eso es una de las recetas que suelo aconsejar a mis
alumnos y pacientes para que eleven la autoestima, igual que la fabada
asturiana o los judiones de La Granja de la abuela.
80
gr de arroz bomba por persona (1 buen puñado)
2
calamares (o una sepia)
La
tinta de la sepia o de los calamares.
½
pimiento rojo
2
cucharadas de tomate tamizado
1
cebolla mediana
2
dientes de ajo
½
vaso de vino (igual da blanco que tinto porque al final va a ser negro)
Pimentón
de La Vera picante
ADOVE
Sal
Siempre
digo que el que guarda, tiene, y que en la cocina no se debería tirar nada. Por
eso, se puede usar agua, pero si tenemos por ahí algún tuper con fumé, sale más
rico. Yo hice un bacalao desmigado y guardé el caldito de cocerlo y la piel del
lomo, que luego os explicaré para qué la ha usado.
En
primer lugar, vamos a cortar los calamares en arandelas y los freímos en la
paella. Retiramos y reservamos.
Picamos
bien la cebolla, el pimiento y el ajo y los freímos despacito, con una pizca de
sal, en el aceite que hemos utilizado para freír los calamares. Una vez que
veamos que está todo pochado, añadimos el pimentón, removemos y añadimos el
tomate.
Mientras
se va haciendo, ponemos en un vaso batidor la tinta de los calamares y el medio
vaso de vino y lo batimos.
Añadimos
el arroz y los calamares en la paella para que se sofría y el arroz se selle
bien. Esto lo podemos dejar hecho de buena mañana y volver al tajo 20 minutos
antes de comer.
Echamos
el caldo, que habremos calentado previamente o el agua si no hemos sido previsores
y el vino con la tinta. Dejamos que se haga durante unos 18 o 20 minutos.
Antes
he dicho que también reservé la piel descamada del bacalao y la puse en un
plato con papel de cocina. Después de tres días estaba como cuero, ideal para
hacer unos torreznos, que están deliciosos, y decorar el plato.
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