En el mes de febrero del pasado
año subí una receta de “fabada asturiana” que resultaba muy sencilla de
elaborar y, por supuesto, excelente.
Quedaban en la despensa unos
pocos judiones de La Granja y me apetecía muchísimo un buen plato de judiones
con sus sacramentos, que tuve que comprar porque de eso no había ni en la
despensa, ni en la nevera. Pero un chorizo picante, una morcilla y un rabito de
cerdo, no es muy caro y sí muy socorrido.
Judiones de La Granja
1 chorizo picante
1 morcilla de cebolla
1 rabito de cerdo
1/2 cebolla
1 zanahoria pequeña
La carne de un pimiento seco
1 cucharada de tomate tamizado
Pimentón de La Vera
1 hoja de laurel
3 dientes de ajo
AOVE
Sal
El plato hay que plantearlo con dos días de antelación, porque,
evidentemente, las judías hay que ponerlas a remojo. Yo las puse junto con el
chorizo, la morcilla y el rabo. Además hay que hidratar el pimiento.
El día anterior a comerlas, procedí a su elaboración porque están
mucho más ricas de un día para otro y, además, quería hacerlas a fuego suave,
es decir unas cinco horas de cocción.
Lo primero es picar la cebolla muy fina, así como la zanahoria y ponerlas
junto con los ajos machacados pero enteros en la olla con un chorrito de
aceite. Cuando veamos que esté blandito, aunque no hace falta que sea en exceso
por la cocción posterior, añadimos el laurel y una cucharada de pimentón. Yo lo
puse dulce porque el chorizo ya va a aportar el punto picante. A continuación,
ponemos la carne del pimiento rehidratada y la cucharada de tomate. Lo del
tomate no es necesario, pero es que había una pizca en el bote de la nevera y
me pareció buena idea aprovecharlo.
Una vez que haya reducido, ponemos los judiones y los sacramentos y
cubrimos de agua. Primero a fuego más fuerte para poder recoger la grasa
sobrante y la espuma. En ese mismo momento, bajamos el fuego al mínimo, tapamos
la olla y dejamos que chopchopee una media hora. Aproximadamente, cada media
hora es conveniente añadir un vasito de agua para evitar que se sequen y se
quemen. No hay que remover con ningún instrumento para evitar que se nos rompan
los judiones. Lo que hay que hacer es remover la olla entera con sumo cuidado.
Unas cinco horas más tarde ya las tendremos elaboradas y podemos
apagar el fuego y dejarlas hasta el día siguiente.
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