Si pensamos en una comida
japonesa, la mente se nos va a trasladar al sushi y, en especial, al maki. Se
trata de una receta muy sencilla de elaborar, pero hay que ser muy metódico,
como casi todo lo japonés.
Los ingredientes no pueden ser
más sencillos de conseguir, porque lo más complicado es el alga nori, pero
actualmente, la venden en todos los supermercados. También vamos a necesitar
una esterilla de bambú, que se puede adquirir en cualquier comercio chino por menos
de 5 euros. A partir de aquí lo que vamos a necesitar es arroz redondo,
vinagre, azúcar y lo que se nos antoje para el relleno. En mi caso utilicé
salmón ahumado, pepinillos encurtidos y unas alcaparras. El vinagre original suele
ser de arroz, pero el de vino, aparte de que más fácil de encontrar en las
casas, le aporta un sabor más rico. Una buena idea es hacer una línea de pasta
de wasabi, pero hay que tener cuidado porque pica de verdad.
Lo primero que debemos hacer es
lavar el arroz, par lo cual, lo metemos en un cuenco con agua y lo removemos
con la mano. Una vez que el agua esté blanquecina, la cambiamos por agua limpia
y volvemos a iniciar el proceso. Esto habrá que hacerlo hasta que el agua quede
totalmente limpia, es decir, unas diez veces.
Ponemos el arroz en una cazuela
con el doble de agua que de arroz, lo tapamos y lo ponemos a fuego medio
durante siete minutos, pasados los cuales bajamos el fuego y lo dejamos otros
siete minutos. En este punto, el arroz ya va a estar casi cocido y será el
momento de apagar el fuego y dejar que siga haciéndose con el vapor. Por eso es
importante tapar la cazuela.
Mientras dura este proceso,
ponemos un dedo de azúcar en un vaso, lo cubrimos con otro dedo de vinagre y
removemos bien hasta que el azúcar se disuelva del todo.
Ponemos el arroz en una bandeja
de horno y lo extendemos bien sin apretarlo. Cuando esté completamente frío, lo
cubrimos con la mezcla de vinagre y azúcar removiendo bien, pero con cuidado de
no espachurrarlo y ya tendremos nuestro sushi.
Ahora podemos elaborar cualquier
especialidad, como los naguiri, o como en nuestro caso los maki. Para
elaborarlos pondremos la esterilla de bambú sobre la encimera y una hoja de
alga nori encima, con la parte brillante hacia abajo. Ponemos agua en un cuenco
para mantener las manos siempre mojadas, aunque en mi caso, como el grifo está
pegado a la zona de trabajo no me hizo falta. Con las manos mojadas, cogemos un
puñado de arroz y lo esparcimos sobre el alga. Vuelvo a hacer hincapié en que
no debemos espachurrarlo, sino extenderlo con suavidad. Hay que tener en cuanta
que, al hacer el rollo, el arroz se nos va a ir corriendo hacia el exterior,
por lo que no debemos cubrir el alga hasta el final.
Como he comentado, ahora podemos
poner una línea de salsa de wasabi hacia la mitad del alga y ya podemos
rellenarlo con una loncha de salmón ahumado enrollada y unos pepinillos
encurtidos cortados por la mitad y las alcaparras al otro lado.
Con ayuda de la esterilla vamos a
ir enrollando el alga con su contenido de manera que nos quede un cilindro del
tamaño del alga. Ahora sí es momento de apretar cuanto podamos para evitar que
se nos vacíe el interior.
Ahora solo queda cortar el
cilindro en trozos y ya tenemos nuestros maki listos.
Olvidé hacer foto de la bandeja y estos son los que quedaron (los más feos).