Ya
sé que parece que el chorizo pinta poco en un revuelto de gulas, tampoco es muy
normal hacer un revuelto de cocochas al pilpil, pero de vez en cuando conviene
renovar el recetario para no caer en el aburrimiento.
A
la hora de crear una receta es importante confiar en la memoria gustativa y
tener claro que la combinación de los ingredientes va a resultar agradable y
apetitosa. Por eso, a la hora de pensar en ella, debemos visualizar, no solo el
aspecto de los sabores, sino también de las texturas. Unas cocochas al pilpil
son muy suaves y si las hacemos en revuelto con un huevo demasiado cocinado,
perderán esa textura, por eso nos propusimos hacer el revuelto al baño maría, a
baja temperatura.
6
cocochas de bacalao previamente desaladas
1
paquete de gulas
2
dientes de ajo
1
guindilla
6
bolitas de pimienta negra
4
huevos
½
brick de nata para cocinar o montar
1
nuez de mantequilla
Pimienta
recién molida
Sal
Aceite
de oliva virgen extra
Lo
primero que haremos será confitar las cocochas conforme a la receta que aparece
en este blog. Cuando estén confitadas, movemos la sartén para hacer el pilpil y
una vez conseguido, le añadimos las gulas y removemos para que se incorporen al
guiso. Reservamos.
Por
otra parte, ponemos agua en una cazuela y dejamos que vaya calentándose poco a
poco. En un bol que encaje perfectamente en la cazuela, ponemos los huevos, los
batimos un poco, añadimos la nata y la mantequilla, y mezclamos bien. Ponemos
una pizca de sal y pimienta y colocamos el bol sobre la cazuela sin dejar de
remover hasta que veamos que va tomando una textura cremosa.
Añadimos
las cocochas y continuamos removiendo hasta que el huevo se cuaje, pero sin
perder su cremosidad. Se puede acompañar de unas tostadas de pan de molde, o directamente con la barra recién horneada.