miércoles, 8 de noviembre de 2017

COCOCHAS DE BACALAO CON PIMIENTOS Y OLIVAS CASERAS


Hoy había ganas de unas buenas cocochas de bacalao y he aprovechado algunos recursos que había por la cocina para prepararlas.

A mí, realmente, las cocochas me gustan al pilpil y sin muchas más historias, así que lo único que he hecho ha sido enriquecerlas un poquito con unos pimientos asados y unas olivas.

Como ya sabéis, este año he decidido aprovechar los frutos de otoño que crecen en el patio del colegio y ando aliñando unas olivas. El primer bote ya está preparado para comer y aún quedan unas poquitas, así que se me ha ocurrido que la combinación con las cocochas no podía fallar.

8 cocochas de bacalao desaladas

1 pimiento rojo

1 pimiento verde

1 ajo picado.

12 olivas

1 guindilla

Aceite de oliva virgen extra

Sal



Lo primero que hay que hacer es poner las cocochas en agua durante un par de días, cambiándola cada 4 horas, más o menos, en la nevera.


Cuando uno se sienta a ver una carrera de 60 metros lisos, apenas tiene tiempo de disfrutarla por lo rápido que transcurre. Sin embargo, cuando vemos una Maratón, podemos llegar a aburrirnos bastante por lo larga que es. Bueno, pues esta receta es maratoniana. Si empezamos por el aliño de las olivas, seguimos por el desalado de las cocochas y acabamos con el asado de los pimientos, la cosa se puede prolongar unas cuantas semanas, pero merece la pena la espera.


A mí me gusta asar los pimientos en papillote porque se conservan todos sus jugos y luego se pueden aprovechar para guisos posteriores, como en el caso que nos ocupa, así que solamente hay que ponerlos en un papel de aluminio con una pizca de sal y unas gotas de aceite de oliva virgen extra y cerrarlos de manera que queden perfectamente sellados. Los ponemos en la fuente de horno y los metemos a unos 180º durante unos treinta minutos, hasta que queden blanditos. Los que he usado me sobraron de una farsa para musaka que hice el otro día.


La preparación en sí de la receta es más bien como una carrera de velocidad, porque se tarda muy poco en hacer.


Ponemos un buen chorro de aceite en una sartén junto con el ajo picado y la guindilla, y lo dejamos a fuego muy suave hasta que empiecen a bailar. Añadimos las cocochas con la piel hacia arriba y dejamos que se vayan haciendo despacio, removiendo de vez en cuando para que se ligue el aceite y nos salga ese pilpil maravilloso. Una vez que veamos que se han cocinado, las damos la vuelta y las dejamos otro rato por el otro lado, hasta que se hagan del todo.


Añadimos los pimientos con un poco de su jugo y removemos bien agitando la sartén con viveza para conseguir la ligazón y la mezcla de los sabores y ya está.


Servimos en un plato junto con las olivas y nos acompañamos de un buen trozo de pan recién horneado.

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